Cuando
el ejército victorioso de los que enseguida sería conocidos como
los Arma conquistó el
Imperio Songhay a las orillas del río Níger y se asentó
victorioso en Tombuctú en el siglo XVI contaba entre sus filas con
numerosos contingentes de origen hispano, tanto andalusíes, como
cristianos renegados.
Sin
embargo, ni estos ni su capitán Yuder Pachá fueron ni mucho menos
los primeros de tal origen que allí llegaron.
Poco
más de un siglo antes, y es tan sólo un ejemplo, el noble Alí
ben Ziyad al-Qutí, salió expulsado de Toledo, poniendo
el mar y el desierto por medio entre él y los enemigos del Islam. Se
llevó consigo desde Al-Andalus hasta la tierra de los negros
la más preciada de sus posesiones, su biblioteca personal.
Allí,
en Tombuctú, fue calurosamente acogido por el Emperador Songhay (lo
cual es un indicio de cuan estrechas fueron siempre las relaciones
culturales y comerciales entre Al-Andalus y el Imperio de la curva
del Níger), y de este modo lo que nosotros perdimos no lo llegamos a
saber nunca, apenas ni tan siquiera hoy en día, hasta que el
profesor John Hunwick reconocido
experto en Historia de las Religiones, y que como otros muchos había
perseguido durante largos años la mítica biblioteca, recibió una
misteriosa llamada desde Mali.
Al
otro lado del hilo telefónico se le presentaba el investigador
Ismael Diadié Haidara, el cuál recientemente había notificado a
algunos medios de comunicación españoles que había logrado
reunificar la valiosa colección de libros de su antepasado, que ya
se daba por perdida, pero que sin embargo había sido custodiada
celosamente durante generaciones por los miembros de su clan, la
familia Katí, protegiéndola tanto del inevitable deterioro del paso
del tiempo como del fanatismo y la estulticia humanas.
Ahora
reclamaba ayuda para que el legado de sus ancestros pudiera ser
debidamente estudiado y publicado y no acabara por perderse
definitivamente.
Era
el año 1999, habían pasado quinientos años, aunque de todos modos,
esta historia comienza muchísimo antes, pues el mismo Alí ben Ziyad
al-Qutí, eran tan sólo uno más de los miembros de una ilustre
familia, sembrada de personalidades. Tan solo un eslabón de la
cadena.
Sin
ir más lejos su hijo Mahmud al-Qutí será el autor de la primera
crónica histórica del África negra: el Takich
el-Fettash y es considerado el primer escritor de raza
negra conocido.
UNA
FAMILIA DE GODOS ISLAMIZADOS:
Pero lo realmente sorprendente es que los al-Qutí, Qutí significa godo, han tenido siempre conciencia de su origen andalusí y godo así como del periplo vital de su familia.
Pero lo realmente sorprendente es que los al-Qutí, Qutí significa godo, han tenido siempre conciencia de su origen andalusí y godo así como del periplo vital de su familia.
Conservaron
siempre el recuerdo de sus ilustres antepasados, muchos de ellos
destacados intelectuales a lo largo y ancho de las historia de la
España musulmana.
Entre
estos se cuentan entre otros, historiadores como Ibn
Al-Qutiya (apodado el hijo de la goda) que escribió el
libro de la conquista de Al-Andalus en el siglo X, juristas, poetas y
médicos, como el prestigioso Alcoatí
(Suleiman ben Arit al-Qutí) autor de uno de los mejores tratados de
oftalmología, obra de referencia desde el siglo XII.
Todos
ellos son descendientes por línea directa de Sara la Goda, nieta de
Witiza el último rey godo
incontestado, que reinó entre 700 y 710 y cuyo fallecimiento abrió
la puerta al turbulento periodo que daría lugar a la islamización
del Reino Visigodo de Toledo. Y de su propia familia.
LA
BIBLIOTECA, EL FONDO KATÍ:
Puede afirmarse que no queda nada semejante en España de aquel esplendoroso pasado. Los más de 9.000 documentos manuscritos que forman a día de hoy el denominado Fondo Katí nos ofrecen una información valiosísima de nuestro pasado andalusí, la civilización que desde la Península Ibérica irradió por todas las orillas del Mediterráneo, hasta más allá de las arenas del desierto del Sahara.
Puede afirmarse que no queda nada semejante en España de aquel esplendoroso pasado. Los más de 9.000 documentos manuscritos que forman a día de hoy el denominado Fondo Katí nos ofrecen una información valiosísima de nuestro pasado andalusí, la civilización que desde la Península Ibérica irradió por todas las orillas del Mediterráneo, hasta más allá de las arenas del desierto del Sahara.
Nuestro
manuales de historia al uso, sin embargo, hablan de este periodo como
el de la dominación árabe de España. Pero sin embargo está claro
que poco fue lo que pudieron traer los árabes. Y poco fue lo que se
pudo salvar una vez finalizada la Reconquista.
Los
miles de documentos de este fondo bibliográfico están ya bajo
protección y se está procediendo a su conservación y
digitalización. Proclaman sin lugar a dudas las estrechas relaciones
entre Al-Andalus y África y son una información inestimable sobre
la vida y la cultura en el periodo andalusí que en muchos casos
desconocemos.
Incluyen
descripciones sobre la vida en ciudades como Toledo, Córdoba, y
cubren todos los campos del saber, desde Religión (muchos de los
libros son versiones y comentarios del Corán), Medicina,
Matemáticas, Historia, Filosofía, libros de viajes…
Aunque
para viaje, el periplo vital de esa familia. Hubo que esperar hasta
finales del siglo XX para que el último descendiente conocido de la
realeza goda, sorprendentemente de color y afincado en África,
acabara la tarea de reunificar los manuscritos dispersos en manos de
los descendientes del rey Witiza, rey de Spania, rey de los godos.
Para saber más (y mejor):
*Fondo Katí, ¿Por qué España?, http://www.fundacionmahmudkati.org/archivosadjuntos/Porqu_%20Espa_a.pdf
*Fundación Mahmud Kati, http://www.fundacionmahmudkati.org/
*Fondo Katí, http://www.monografias.com/trabajos37/fondo-kati/fondo-kati.shtml
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