EXTINCIÓN - CAPÍTULO 1
Víctor no dejaba de darle vueltas a ese cartel, escrito a mano, que alguien había pegado en el respaldo de un asiento: El fin de este podrido régimen está cerca y es inevitable . Miró un momento la sucesión de imágenes, un polígono industrial roñoso entre dos poblaciones, que se sucedían ahora veloces a través de la ventanilla del vagón sucia y entelada por coloridos grafitis. El tren había permanecido parado un buen rato en la estación precedente, como siempre, sin un motivo explicable aparente. El día había amanecido gris y neblinoso. El sol apenas había asomado tímidamente entre las nubes a mediodía esparciendo una tenue luz lechosa a la caída de la tarde. Finalmente había conseguido llegar a casa usando el transporte público, viajando como casi siempre incómodo y de pie en un vagón atestado, a pesar de la huelga de transportes que colapsaba una vez más las comunicaciones en casi todo el país. Eso sí, el correspondiente billete había tenido que pagarlo religiosamente ig...