21 de marzo de 2010

LAS CRÓNICAS DE UN ASUNTO CASI OLVIDADO. Parte 36.

CAPITULO IX.
Preparando la finta.

Oppas durmió durante la mayor parte del día refugiado en la buhardilla de la Sinagoga. Durante su sueño había madurado una estrategia arriesgada, pero que dadas las peligrosas circunstancias de la trampa en que estaba metido tenía que llevar a cabo de manera cauta y meticulosa. Ésta vino a su mente con claridad en cuanto se despertó pasado el mediodía. Se sentía descansado y más estimulado por el reto, que acongojado por los peligros que afrontaba. Era un hombre que se crecía con las dificultadas. Se aburría mucho con la rutina.
Cuando se hubo despertado pasó gran parte de la tarde hablando con el Rabino Shimón, convenciendo ahora al cauto personaje de que mediara ante Róderic para transmitirle su intención de cesar en su desobediencia, ayudarle a hacerse con el control de la Bética y a consolidarse en el trono. Los argumentos de Oppas eran sólidos pues era uno de los magnates más importantes de la Provincia y podría movilizar por su cuenta numerosas tropas de refuerzo para Róderic, así como paralizar a los posibles opositores del partido witiziano, que en la Bética eran muchos. Eso evitaría que se articulara una seria resistencia en su contra y permitiría al nuevo Rey, una vez reconocido y estabilizada la situación en el Sur sin mayores pérdidas, pasar a ocuparse de tomar el control del resto de Spania. Con este acuerdo, lo que amenazaba con convertirse en una sucesión de costosas campañas militares de resultado incierto para afianzar su autoridad, pasaría a ser un desfile de los díscolos magnates periféricos que acudirían a Toleto a arrodillarse ante el trono.
Desde que fuera nombrado un año antes por el Senado y ungido como Rey por la mayoría de los Obispos en la Ciudad Regia, pocos habían prestado obediencia al noble Róderic y había estallado una verdadera guerra civil. Si aceptaba la propuesta de Oppas, sólo tendría que escarmentar a los más recalcitrantes y a partir de ahí ocuparse de consolidar la autoridad real sobre regiones en abierta rebeldía como Wasconia y quizás la Septimania, fronteriza con el reino de los francos. Oppas se ofrecería también como mediador y asimismo como garantía de los pactos. El aval del hermano del anterior monarca y cabecilla del partido witiziano, sería un refuerzo inestimable a su por ahora tambaleante y discutida autoridad, que era ignorada o abiertamente desafiada en casi todas las Provincias alejadas de la capital.
-Entonces, ¿debo hacer volver al mensajero que acabo de despachar a Gades y Tingis con el dinero? –preguntó Shimón después de escuchar el plan del Obispo.

(continuará...)

*Si lo deseas, puedes leer por orden de aparición las partes anteriores publicadas de la novela, seleccionando "Las crónicas de un asunto casi olvidado" bajo el epígrafe TEMAS TRATADOS de la barra lateral izquierda.

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