4 de febrero de 2008

Esclavitud por deudas y nexum bancario.

El nexum era el nombre que se le daba en la antigua Roma a la figura jurídica que regulaba la esclavitud por deudas. Por esta ley los plebeyos empobrecidos podían llegar a quedar sometidos como siervos, prácticamente esclavos, de sus acreedores, si no conseguían pagar sus deudas. La causa principal de esta situación nacía principalmente de la exclusión política –el Senado y las altas Magistraturas eran detentadas por el patriciado y en beneficio de sus clanes familiares-, que a su vez era la madre de la exclusión económica en el reparto de las riquezas que generaba por aquel entonces la expansión territorial de la República Romana.
El nexum fue finalmente abolido en el 326 a.C., como una más de las medidas político-sociales de pacificación interna que permitieron dar viabilidad al estado romano republicano en vísperas de convertirse en un Imperio.
Pero la vieja Roma pervive en nuestra sociedad actual. No hay más que asomarse al panorama de nuestros días para observar una situación que se ha ido agravando en los últimos años: y es el empobrecimiento por la enorme
deuda contraída por las familias, principalmente para financiar un bien considerado de primera necesidad como la vivienda. Por ella, muchos hemos pagado un precio mucho más alto de lo que realmente debería costar, ya que la vivienda es cara por los impuestos que se le aplican, y los abusivos beneficios de los especuladores y la banca, a la que debemos recurrir para financiarnos. ¿A quiénes beneficia y a quiénes perjudica realmente esta situación? No sé, pero sólo hay que ser un poco analítico para constatar que muchos pasaremos largos años trabajando más de lo necesario, renunciando a muchas cosas, la primera y no menos importante a disponer de nuestro tiempo para estar con nuestras familias o hacer sencillamente lo que nos de la gana. En definitiva a nuestra libertad. Para Hegel, esclavo es aquel que abdica de su libertad para seguir viviendo. Tendríamos que preguntarnos si no hemos caído en una cierta esclavitud por deudas. Algo que podríamos denominar nexum bancario.
Mientras, políticos, banqueros y especuladores inmobiliarios se han convertido en el nuevo patriciado, que nos deslumbra a todos con la libertad que les permite ahora sus recientemente amasadas fortunas a costa del dinero y la libertad de muchos. Eso sí, hoy todo se hace de manera más sutil: se nos permite periódicamente votar, pero
nuestro voto se revela más inútil que el de los plebeyos en los Comicios Centuriados romanos, ya que a la vista de lo que pasa, no me queda claro qué intereses defienden los representantes que para más INRI vamos eligiendo y que han fomentado esta situación.
Sin duda, más romanos de lo que parece.

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